sábado, 10 de abril de 2010

Súper goliza al parque La Pastora

Corredor fronterizo
María Eugenia González

Ediciones Impresas Milenio
04/10/2010

El Parque zoológico La Pastora, sus servicios ambientales y la población afectada han sufrido una súper goliza cuando se aprobó por parte de gobierno estatal y municipal para la construcción del Estadio de los Rayados, el cual sin duda es un gran proyecto para su afición, pero resulta en perjuicios para el ambiente y la población que habita alrededor del estadio, desde las incomodidades de la construccion hasta cuando funcione. Esto porque cada partido de futbol tendrá que lidiar con cientos de autos, basura y ruido.

El proyecto será uno de los logros que podrá presumir la presente administración de Nuevo León. Sin embargo también se ha puesto de manifiesto la sordera e intransigencia de las autoridades para escuchar a la población, sobre todo cuando FEMSA-Heineken amenaza con no construir el estadio si no es en la zona cerca a La Pastora.

Ante esta situación me surgen una serie de dudas y reflexiones al respecto: si el Gobierno otorgará una concesión de un parque público a un grupo privado por 60 años, ¿debería o no al menos informar y realizar una consulta pública en el municipio de Guadalupe? Y su dueño, o sea el pueblo, ¿tendrá un beneficio equiparable al valor de los servicios ambientales que presta el parque La Pastora?

Además, es importante mencionar que la autoridad ha tenido un grado de inconsciencia, al aceptar y promover de antemano el proyecto del estadio. Están propiciando la ilegalidad ambiental. Y es que primero debe aprobarse la manifestación de impacto ambiental que establece SEMARNAT por medio de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente en su Artículo 28 fracción 1. Primero debe realizarse lo indicado en el Artículo 35; a saber, que el promovente (FEMSA-Heineken) ponga a consulta pública los beneficios y perjuicios que tendrá dicha obra. Todo esto para que la población, en un periodo de 10 días, pueda manifestar su inconformidad, dudas o sugerencias o su rotunda negación al proyecto en caso de contar con pruebas sobre las afectaciones ambientales y sociales que pueda generar el mencionado proyecto.

Sólo si no se encuentra ningún alegato de daño o afectación ambiental, económica o social, la SEMARNAT otorgará el permiso para que se pueda construir, y las autoridades, FEMSA y amigos, podrá promover y alentar la mencionada obra. Así, que ¡ojo!

De lo anterior surge una última pregunta: si el estadio es un gran proyecto, ¿no debería tener dos o hasta tres lugares alternativos para construirse? ¿Por qué debe ser precisamente en la zona de La Pastora? ¿Acaso existe algún interés especial en que sea aquí y no en otro lugar?

Ojalá que toda esta situación se resuelva de la mejor manera tanto para la población afectada, como para el parque La Pastora y que realmente se tengan los beneficios económicos para el municipio, como se dice. Porque si no, sólo estaremos legando a las generaciones futuras daños ambientales y disminuyendo su calidad de vida, al no contar con suficientes áreas verdes donde se pueda practicar no sólo el futbol sino otras muchas actividades.

* Profesora-Investigadora de El Colegio de la Frontera Norte.

Ediciones Impresas Milenio

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