miércoles, 10 de marzo de 2010

El dinero es el estiércol del diablo

LOS TUBOS
ruizjosejaime@gmail.com

Lucrar (lucrum) no sólo significa obtener una ganancia. Lucrar también significa sacar provecho. Y sacar provecho de los espacios públicos para obtener ganancias privadas no puede sino estar asentado en la corrupción y en la connivencia: corromper a los políticos y someter a connivencia a los medios de comunicación históricamente ligados a la publicidad de Cervecería, como son las televisoras y El Norte.

En Nuevo León vivimos una restauración autoritaria que consiste en apropiarse de los bienes públicos, como lo quiere Femsa, para fines privados. En una inserción pagada en los medios de comunicación, la empresa aseguró: “Desde un principio, en FEMSA desarrollamos un proyecto sin fines de lucro, que potenciara de manera integral y responsable todos los aspectos ambientales, respetando la propiedad privada de los vecinos”.

Para estar acorde con la inserción, en las conclusiones de los Aspectos Financieros presentados por Femsa a la Comisión de Desarrollo Urbano del Congreso local, se lee que “La recuperación total de la inversión por el concesionario se realizaría en un plazo de 60 años”; que “Resultado de los flujos anuales estimados, incluyendo los mantenimientos menores y mayores, así como el calendario anual de pagos por servicio de deuda, el proyecto presenta una Tasa Interna de Retorno del 5.0%, es decir, 5 puntos por debajo de la tasa de interés del costo del dinero (tasa del 10%), con lo cual el beneficio del proyecto desde el inicio y hasta el término de la concesión radica en lo social y en el fortalecimiento de la infraestructura pública”.
Y finaliza: “El flujo neto remanente del operador del estadio, incluyendo la aportación adicional del Club de Fútbol Monterrey como consecuencia del mayor aforo, NO alcanzaría para pagar el costo de la deuda asumiendo una tasa del 10%”.

Uno: si así de desesperanzadoras están las finanzas del estadio, ¿de dónde sacará José Antonio “El Diablo” Fernández excedentes para promover la ecología?, ya que afirmó apenas el domingo pasado que los “excedentes de lo que rinda el estadio te darían para que el parque tenga viabilidad y futuro”. ¿Cómo va a tener el Parque Ecológico La Pastora “viabilidad y futuro” si la proyección financiera ni siquiera alcanzaría para pagar el costo de la deuda?

Dos: La Revisión de Aspectos Financieros del Expediente 5333 elude convenientemente la vocación del estadio: su uso lucrativo como cantina. En el cuadro que resume el ejercicio financiero “Se consideran 2 millones de dólares de ingresos anuales por concepto de comercialización y asociaciones de marcas”, el porcentaje de asistencia del 79.6%, una tasa de interés del 10%, una aportación de 1 millón 721 mil dólares anuales por el mayor aforo y una tasa interna de retorno del 5%”.

¿Y dónde quedó la bolita? En los esquilmos, en la venta de cerveza, en el servicio de cantina. En efecto, la trampa del lucro se encuentra escondida en el negocio, en la venta de hectolitros de cerveza y alimentos.

En las consideraciones del Club Monterrey se lee: “Derechos sobre los ingresos de Boletaje, Esquilmos y Estacionamiento correspondiente a las áreas generales”.

En las consideraciones de la empresa operadora del nuevo estadio se lee: “Derechos sobre los ingresos por taquilla, alimentos y bebidas de las áreas Premium”.

Si Femsa considera, como realmente considera, que el consumo per capita por cerveza se mantendrá en los niveles actuales en las áreas generales, pues a eso le sumará el derecho de venta de alimentos y cerveza en las áreas Premium: un negocio redondo. Femsa escondió el lucro en el apartado de aspectos financieros porque le es inconveniente la verdad: el estadio en realidad será una cantina, lo cual no debe de sorprender a nadie porque no se trata de “lo social” ni del “fortalecimiento de la infraestructura pública”.

José Antonio “El Diablo” Fernández desde el principio fue muy explícito: “La venta de cerveza es parte de cualquier asistencia a un entretenimiento o una diversión”. Más aún: “vamos a tener un estadio muy cervecero, con instalaciones donde se pueden vender las cervezas de la manera más moderna, más eficiente, con controles, con venta de cerveza de barril…”.

Más claro, ni el agua del Río La Silla.

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