martes, 23 de febrero de 2010

Sí al Estadio

por Claudio Tapia*
Cuando a un gobernante o empresario importante, a un poderoso pues, se le ocurre hacer un negocio o llevar a cabo un capricho que atenta contra el bien común, y, los involucrados en su ejecución le indican que es improcedente, el autoritario personaje suele decir: “no me digan que no se puede, díganme como sí”.

Lo repiten con tanta frecuencia que se ha vuelto un lugar común: no me vengan con argumentos legaloides. No salgan con burocratismos. No me invoquen preceptos moralinos. No politicen. No obstaculicen. Seamos prácticos. Díganme como sí, sin que importe lo que tengan que hacer. ¡Y ya!

Y claro, al tener que enfrentar a la opinión pública que los resiste y cuestiona, como en el caso del Proyecto para construir el Estadio-cantina con sus negocios adyacentes, en un espacio público de evidente vocación ecológica; patinan, dicen verdades a medias, engañan, cooptan, se contradicen y niegan la información, exhibiendo así la arbitrariedad de su actuación y la inmoralidad de su pretensión.

Con eso, dejan claro que, el Proyecto que patrocinan e impulsan, es contrario al interés general y por tanto es impopular e ilegal. 

Veamos si no. Femsa nos dijo que el ambicioso Proyecto empresarial es un “gran proyecto ecológico” “sin propósito de lucro”; como si los hechos notorios, de suyo evidentes, se pudieran ocultar o disfrazar. Afirmó la cervecera que el Proyecto beneficia a la comunidad y que nos pone en el primer mundo, ignorando que en un estado de derecho, en el primer mundo donde la ley se aplica, serían juzgados por la mitad de lo que en nuestro país hacen.

Presume la empresa de que siempre ha actuado dentro del marco legal, cuando es innegable que para poder contar con los estudios de mecánica de suelo, sus contratadas, realizaron

excavaciones y desmontes indebidos en un predio que no es de su propiedad, cometiendo un delito ambiental y que, al anunciar su bebida alcohólica en las camisetas de los jugadores e inducir a la afición a pertrecharse de cervezas antes de que termine el horario de venta previa a la celebración del partido, están incumpliendo una obligación legal. Tan sólo tres muestras de conductas prohibidas por la ley, realizadas u ordenadas por quien dice respetarla.

El otro socio, el ejecutivo estatal, no está mejor en eso de acatar y hacer cumplir la ley. Empezó por solicitar al congreso la desafectación del predio sin fundar ni motivar la decisión de por qué, construir un estadio-cantina en un bien público, es de interés público. Aunque no contamos con la citada solicitud, por más que se las hemos pedido, afirmo que ésta, carece de la debida fundamentación y motivación, sencillamente, porque en nuestro estado no existe alguna ley que regule dicha facultad.

Más grave aún, fue el hecho de declinar la inexistente facultad legal de poder decidir cuando algo es de interés público, a la empresa mercantil beneficiaria del predio que se desea privatizar.

Pero ahí no quedó todo. Después de que la Delegación Estatal de la Procuraduría Federal de Protección Ambiental, en ejercicio de sus facultades, clausuró el predio donde se pretende construir el Estadio-cantina, el ejecutivo estatal, 4 alcaldes de la zona conurbada de la ciudad de Monterrey, la bancada priista del congreso y su partido, salieron envalentonados, echando montón, a linchar públicamente al titular de la delegación estatal mencionada, por haberse atrevido a aplicar la ley en un asunto en el que participa gente importante. En Nuevo León, la igualdad ante la ley no incluye a la VIP.

Lo peor del asunto, lo que ofende a la inteligencia, es que eso sucede mientras nos hablan de la responsabilidad social de la empresa. Lo que más indigna, es la torpeza de los servidores públicos, los primeros obligados a cumplir la ley, descalificando a quien sí la cumplió, mientras hablan de la necesaria coordinación y respeto de los tres niveles de gobierno para resolver los problemas sociales.

Pongo uno sólo, de muchos ejemplos de la contradicción en la que nuestros gobernantes, cándidamente, incurren. ¿Se acuerdan del Secretario de Finanzas del gobierno anterior, el responsable de fomentar la cultura del pago de contribuciones, el que anunció públicamente que demandaría al SAT para que le devolvieran el IVA? 

Pues bueno, para que veamos que hay continuidad en esa peculiar forma de gobernar, ahora, el novel Secretario de Desarrollo Sustentable, de extracción empresarial, el responsable de acatar y ver que se cumplan las leyes ambientales en nuestro estado, dice que demandará al funcionario que se atrevió a aplicar la ley federal de protección ambiental. “Sólo fueron pequeños orificios en un área muy grande” declaró nuestro protector ambiental. Un delito chiquito. ¿Qué tal?

Los que tenemos un mínimo de conciencia ecológica, esperábamos del responsable del desarrollo sustentable estatal que, en vez de defender a los depredadores del medio ambiente, por lo menos, apoyara las denuncias ciudadanas. Pero no gobiernan así. 

Finalmente, como los integrantes del colectivo ciudadano en defensa de la Pastora somos propositivos y queremos el estadio, pero en otro lado, vamos a decirles como sí:

Sí, respetando la voluntad general cuando se trata del interés público. Sí, escuchando los argumentos de los demás. Sí, actuando con transparencia y rindiendo cuentas. Sí, privilegiando la dignidad humana y respetando sus derechos. En suma, sí, respetando la ley. 

*Integrante del Colectivo ciudadano en defensa de La Pastora
claudiotapia@prodigy.net.mx

 

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