sábado, 23 de enero de 2010

Sí al estadio (publicado en El Norte, 22/01/10)

No me gusta el papel de aguafiestas, pero reitero: es una pésima idea construir el estadio del club Rayados dentro del polígono conocido como bosque La Pastora. Me resisto al chantaje que celebra sin escrúpulos la realización del proyecto, anulando cualquier posibilidad de análisis. No hay un solo requisito legal palomeado y ya están las campanas al vuelo. Parece que los promotores del proyecto desean evitarse la fatiga de debatir, aunque el terreno sea público y de vocación ecológica.

"¡No se vayan a rajar, diputados!", gritó Roberto Hernández Jr. "Se rompieron todas las cadenas... ¡tendremos estadio!" y, mientras bailoteaba, el logo de Carta Blanca en el set robaba cámara. Pero se necesita mucho más que bailar o que intimidar a los legisladores para tener la razón.

El 8 de septiembre del 2008, Natividad González Parás y José Antonio Fernández, presidente y director general de Femsa, anunciaron la creación del Nuevo Parque Ecológico La Pastora, con más de 140 hectáreas de "reserva ecológica de la biosfera" a lo largo de más de 7 kilómetros del Río La Silla. Un megaparque para la comunidad, cuyo patronato sería presidido por "El Diablo" Fernández, decisión que fue por todos comprendida cuando, horas más tarde, los dos personajes anunciaron la construcción del estadio rayado sobre 25 hectáreas dentro del mismo bosque La Pastora, pero eliminadas estratégicamente del trazo del nuevo parque.

Es decir, que detrás del Parque y detrás del estadio hay una misma persona: José Antonio Fernández. ¿Qué cachucha se pondrá: la de conservacionista o la de comerciante? No puede usar las dos porque los proyectos se contraponen. El director de un parque ecológico -con el último río vivo de la zona metropolitana, único gran pulmón del oriente, libre de concreto, que capta agua y regula la temperatura de la zona- jamás permitiría que se instalara un estadio para 55 mil personas en los márgenes del río del cual es responsable, a menos, claro, de que se haya vuelto director del dichoso parque sólo para poder eliminar cualquier obstáculo para la construcción del estadio.

"Los estadios que tenemos no corresponden a la calidad de una ciudad metropolitana como la nuestra", así justificó el proyecto Natividad González Parás, elevando la importancia del proyecto a rango de prioridad gubernamental. Esta decisión resulta arbitraria cuando analizamos las carencias de nuestra Ciudad en otros más importantes campos como la salud, la educación y el transporte.

González Parás dijo esto en su momento para justificar ceder en comodato casi 26 hectáreas de nuestro patrimonio a una de las empresas más rentables del Estado, Femsa que, según sus propios documentos fiscales, a los que tuve acceso, paga al fisco el 28 por ciento de las ganancias que reporta.

El Gobierno de Nuevo León apoya este proyecto para elevar su rating, aunque sacrifique el último gran ecosistema en medio de la Ciudad. Me estremece la vulgaridad con que los gobiernos manipulan lo que es del pueblo. No entienden el significado de la propiedad pública, piensan que son fichas con las que apuestan o intercambian favores. Si entendieran la importancia de preservar espacios públicos para engrandecer el espíritu de la comunidad, jamás venderían ni Santa Lucía ni cederían un espacio que, aun así como está, abandonado por autoridades negligentes, nos brinda a todos servicios ambientales.

Pero el Gobierno funciona al revés. Inhibe la participación ciudadana. Por eso es más factible que Femsa mude su proyecto a otro sitio, antes de que los diputados priistas, la Alcaldesa y el Gobernador rectifiquen su postura y antepongan el bien común. Estoy convencida de que el club Rayados puede encontrar un sitio más acorde a la vocación de su proyecto. Podría incluso ser un estadio 100 por ciento sustentable, que trate sus aguas y recicle su basura, que estimule el uso del Metro, que con su presencia recupere barrios de la delincuencia.

Conservar la vocación ecológica de La Pastora no cancela el proyecto de Femsa.

Sí al estadio, pero en otro lado.

Ximena Peredo
http://ximenaperedo.wordpress.com

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